sábado, 25 de febrero de 2012
MIS DOS AMORES
Con amor y placer les doy la bienvenida,
Y con olores del impoluto mastranto,
Por haberme premiado tanto,
Muchas gracias le doy a la vida.
Son mis alhajas, prendas más querida,
Las que veo con recelo y cuidado,
Para no tener que andar desesperado,
Cuando la vida en su andar y su desdén,
Reclame implar sus derechos y vaivén,
Fardo un camino, una vez abandonado.
II
Rindiendo honores con fe a la ciencia,
Por su apoyo unánime de gran valor,
Quiero ofrecerles y darles mi calor,
Cuando su vida aquí, ahora inicia,
En un mundo relleno de avaricia,
Que no da tregua, nunca al andar,
O simplemente obstruye al caminar,
Superando incruentas barreras,
Ondeando con honor las banderas,
Cual estilo, del orgulloso militar.
III
Ahora la lucha por la vida va a empezar,
Se presenta primoroso el lunes, 13 de abril,
Nace con gran alegría, firme como un alfil,
Aparece primogénito, mi hijo Martín Salazar.
Vulnerable y frágil, se observa al andar,
Inicia la vida, su estadía y su larga faena,
Rompiendo con valor las cadenas,
Para lograr una frágil independencia,
Liberando de ataduras su conciencia,
Y dominio inminente de la cultura ajena.
IV
Es una inmerecida y larga condena,
La invasión al hábitat ha sido un hecho,
Lleva por eso una presión en su pecho,
De ver maltratar y ajear la vida ajena,
Su vida es humana, sana y serena,
Evitando que le consuma el vil estrés,
Procura conservar todo su interés,
De conocer todo claro y con certeza,
La verdad verdadera y fiel naturaleza,
Actuando correctamente y con madurez.
V
La alegría aumentó su pico otra vez,
Nace feliz el día 26 del mes de abril,
Mi hijo Yunior, hermoso, de tez varonil,
Erguido, llegó para adelantar mi vejez,
No puedo ocultar mi gran sensatez,
Mi alegría repuntó, creció con voz,
En ves de un hijo, ahora tengo dos,
Las razones para ser mucho mejor
Y la mies tomar con mucho candor,
Utilizando con certeza el filo la hoz.
OTOÑO Y PRIMAVERA
Ahora que estamos juntos
la incertidumbre golpea
con su garfio de duda
el presente de este amor.
El tiempo es tan leve
y es de viento cuando pasa
encerrando nuestros temores
en nuestra pequeña casa.
Tú eres más niña que mujer
y tiene la gracia y el defecto de serlo
yo soy un hombre maduro
que ha tejido de silencios
las estancias que me habitan.
Este es el contraste
medido gramo a gramo
en el reloj de arena de la piel
surcando de distancias
los ojos de la ausencia.
Como desearía tu risa
de niña que crece sin nubarrones
entre el mar y la tierra
jugando a ser amante.
Pero mi tono es el gris
Las tardes oscuras, lluviosas
El azul que es negro en la noche
Y la predisposición taciturna.
Es en esta razón
donde el amor no pasa de ser
una simple alucinación
y como la piel de los viejos
le afectan los años
y se marchita con el tiempo.
Porque es insalvable la diferencia
que otorga la blanca primavera
y el gris otoño
por eso déjame en el mar
con su oscuro deleite
y corre por el campo
que las flores aun te llaman
después será muy tarde niña mía.
PABLO EMILIO RIVERA SANCHEZ
ME INQUIETAS EL ALMA
Me inquietas el alma…
Aquí estoy a tus pies
con el corazón desecho,
me inquietas el alma,
porque me enamore perdido de ti…
Me siento, veo tus fotos,
desde hace una semana
y mi cuerpo vaga por el pulgatorio,
en buscando de tu amor…
Te entrego este documento
con poderes absolutos
para que sanes mi corazón,
mis lagrimas bajan
por mis mejillas,
por tu amor
que no tiene límite..
Mi corazón se consume
en esta hoguero
rogando ,
que vuelvas
y me des de nuevo tu amor….
Autor: Santos M. González
sábado, 11 de febrero de 2012
LA DISTANCIA
jueves, 9 de febrero de 2012
DESOLACIÒN
Yo si se, que es ser esclavo
De un puro amor respetuoso,
Fui el novio, amante, hoy esposo
y siento, en mi sien un clavo.
-
Preguntas? Si alguna vez recibí amor
O voluntariamente una caricia,
Fui abofeteado en mi loca avaricia,
Que me hizo limosnero en el dolor.
-
Quiero llenar de ese licor mi fuente
Para mitigar el duro destino,
Debe ser que estoy extraviado en vino,
Debo ahogar mi pena en aguardiente.
-
Maldigo al que se burla de mi vicio
Pues no sabe que mi dolor mitigo,
Pues soy ebrio y solamente eso mendigo
Para necio olvidarme del desprecio.
-
No permito un solo dedo en la herida,
Si te ofendo no me digas ¡villano!
Pues solo me ofende la que más amo
Solo lo permito, a mi más querida.
-
Con mis sentimientos en catapulta
Cuando mis sentidos están nublados
Creo ver vuestro rostro por todos lados
Pues bebo loco, solo por tu culpa.
-
Se envejece mi faz, mi pelo está gris
La boca medio abierta está que babea,
Los anteojos caídos sobre la nariz
Y mi lengua no habla, solo sesea.
-
Porque nací pintor y poeta loco
Y también mi necedad que ya es mucha
Hablo y hablo, pero así , nadie escucha,
No tengo nada, de lo último un poco.
-
De mi mano dormida el pincel cae
Pues he perdido todo el universo,
En mi mente ya no se inspira un verso
No da figura, la pintura que trae
-
Y si algún día me supuse engañado,
Dejad descansar "féretro sombrío"
No quiero que llores cuando esté frío
¡Es locura! Pues solo he soñado!.
-
-
Dr. A. Rafael Mérida C.
Guatemala, C.A.
miércoles, 8 de febrero de 2012
A LA MADRE
QUINCE DÉCIMAS DE AMOR
A Baldomera Montaño
I
Una lluvia de estrellas
ilumina el firmamento
en el preciso momento
que procuro hablar de ella.
Cuando joven era bella
hay fotos de recuerdo
y he creído por completo
que no es la misma mujer
que me ha brindado al nacer
un mundo de amor repleto.
II
Orgulloso me he sentido
de haber sido tu hijo
y ser parte de tu nido
es como un sueño cumplido,
aunque nunca he querido
demostrarte la verdad
ahora lleno de bondad
pretendo poderte escribir
y expresarte mi sentir
con todo mi amor, mamá.
III
Cuando yo era pequeño
eras mi gran inspiración
eras como una canción
que arrullaba mis sueños,
estando siempre en ellos
la imagen de tu candor
serías más que un esplendor
siempre estuviste allí
renunciaste a todo por mí
para darme todo tu calor.
IV
Me arropabas con tu amor
me hacías sentir muy bien
y acariciabas mi piel
cuando yo sentía dolor,
cuando salía el sol
escuchaba tu bella voz
que me llamaba con pasión
y cuando abría mis ojitos
aquello era tan bonito
estar tan cerca los dos.
V
Recuerdo esos tiempos
realmente fui feliz
pensando siempre en ti
los días fueron tiernos,
sólo queda el anhelo
que vive en mi corazón
siempre lleno de pasión
por eso ahora te escribo
lo que daba por perdido
e inundaba mi razón.
VI
Tus cándidas sonrisas
se quedaron en Caracas
el tiempo siempre pasa
frente a nuestra vista,
por alguna autopista
siempre íbamos los cuatro
y se veían los ranchos
cubriendo aquellos cerros
parecían otros pueblos
distantes y foráneos.
VII
La nostalgia me invade
porque no puedo recordar
como si quisiera estar
otra vez en aquel valle,
caminando por sus calles
agarrados de las manos
y así juntos podamos
estar todos nuevamente
unidos para siempre
sería como un regalo.
VIII
Sería como un regalo
del Dios Omnipotente
estar de nuevo presentes
como era en el pasado,
pero todo ha cambiado
hoy nos une la distancia
ya que la arrogancia
ha logrado separarnos
sin saber cómo ni cuándo
se ha perdido la fragancia.
IX
Soledad, es estar sin ti
es andar por los caminos
sin compañero ni destino
y sin quererte despedir,
una vez yo pude sentir
el vacío que nos deja
nuestra alma se aleja
siguiendo aquellos pasos
buscando entre tus brazos
el consuelo de mi pena.
X
Soledad, es oír tu voz
y que no sea de tu boca
mientras la brisa me toca
siempre seremos dos,
al escuchar tu corazón
recuerdo las melodías
que de noche y de día
tú entonabas para mí
hasta que yo pude sentir
tus plácidas caricias.
XI
No existe con que pagarte
me has regalado la vida
con una Gracia Divina
que viene del Dios Padre,
has sacrificado tu parte
de existencia sólo por mi
no sé qué haría sin ti
la luz de una estrella
sin duda sería más bella
si tú permaneces aquí.
XII
No quisiera terminar
de escribir estos versos
todo tiene su época
en este largo peregrinar,
el tiempo ha de pasar
cobrando nuestras deudas
ahora yo quisiera
ir abonando mi parte
pero sólo se contarte
mis versos y mis poemas.
XIII
Mis versos y mis poemas
serán mi forma de hablarte
y así poder expresarte
sin sentir ninguna pena
esas cosas que me llenan
y tú me has hecho sentir
este corazón al latir
con la música de tu amor
y la frescura de tu candor
me brindas ganas de vivir.
XIV
Quisiera ser como tú
y expresarme libremente
no estar tan consciente
buscando siempre la luz,
admiro en ti esa virtud
te desprendes como nada
como hojas de una rama
que caen con el viento
y a su debido momento
abonarán otras plantas.
XV
Abonarán otras plantas
como has cuidado de mí,
siempre me has hecho sentir
que estás conmigo en las malas,
tocándome con tu alma
te has desvelado por mí
para que yo pueda vivir
sin importarte tu dolor
siempre brindando el amor
que me enseñaste a compartir.
domingo, 5 de febrero de 2012
ENTRE DE NOCHE EN MI ROSTRO
Víctor Hugo Arévalo Jordán 5 de febrero de 2012 22:02
ENTRÉ DE NOCHE EN MI ROSTRO
ENTRE DE NOCHE EN MIS ROSTRO FANTASMAL
prendido en tu conocimiento;
con triste candor añorado
por las horas nudas de un destino desconocido,
con la frente intolerablemente hundida
en el cosmos diluido,
en el vacío de la tempestad telúrica.
Con embargo de rostro cansino, rebelde aún,
ante la muerte;
sin desear las últimas flores
ni el último canto.
Añoro la alegría y el silencio
del sarcófago suicidado,
junto a los hijos de la imaginación fantasiosa.
Porvenir.
La vida y el sueño son dos imaginaciones.
He esperado que vuelva nacer el sol
y bajo su amparo he bebido mi café amargo,
sin azúcar,
terminó de amanecer de mala gana,
nuevamente espero la muerte del día
para florecer en el dolor de la oscuridad
y el adiós con nidos del tiempo.
He despreciado mi lamento,
mi lucero,
mi diurno y
mi nocturno.
Mi desvelo
y ésta imagen lejana
al otro lado del espejo, inconcluso,
con pequeños destellos saturados de humildad
y reconciliación,
comulgando siempre las noches del Enero sin fin.
Muchas veces el perdón destruyó al amor
y murió la ridiculez.
Arrastré el cuerpo de gusano
parásito e inadaptado
por el regazo cálido de la tierra.
Queda poco tiempo para hablar.
Se coagula el miedo bajo capas de valor
sin freno.
Tus manos Destino se llevan mi silencio,
tus labios Muerte, se llevan mi dolor.
Un diamante de destellos ruinosos
rueda salado por la faz absorbida.
Entré de noche en mi rostro fantasmal
prendido de tu ansiedad,
prendido de tus espinas vanidosas de mujer
de las noches sin luna,
de tu lado,
de tu adiós,
de mi llanto que no es tierno
ni es virgen
ni es mancillado.
El cementerio se ha industrializado
con los hijos que no los quieren ver.
Se ha industrializado el surco abierto
en el día sin tiempo,
sembré mi semilla
cruzando los puentes de la intimidad.
Mi noche quedó triste
cuando se fueron los astros
del brazo de la fortuna.
Despertar es verme ahora
al otro lado del espejo,
dormido aun
con el sueño llorado.
Tú
eterna,
Yo
triste,
con ilusiones de ser hijos de los dioses Ignotos.
Sin tener cabida en los hombres,
sin sentirse,
sin ser nada.
Mi noche deshizo de miedo
cuando dejé unas lágrimas de recuerdo.
Nunca fui creado,
nunca he sido tampoco;
apenas me quedé en las manos de aquel Padre
llamado Dios.
Nunca fui.
Esta vida es un hotel sin razones ni obsequios,
sólo cofres de soledades amontonadas
con sueños de gloria y quimeras.
Somos los genios de la Nada.
¿Pueden los Muertos amar la vida?
Lentamente
Si
Lentamente
las hilanderas del sol
tejieron la mortaja pálida
para cancelar mi culpa.
(¿Cuál?)
Tu culpa
(¿Cuál?).
¿Podemos saber si vestimos el sayo mortal?
¿Cuál fue nuestro pecado mortal?
Me dejaron lanzar mi grito al cielo,
me dejaron gritar al mundo y la burda vida,
me dejaron el placer de la muerte por inadaptado.
Amé como las noches del infortunio.
Odié el día que cada paso me recordaba la vida.
Gota a gota
se fundieron las nieves eternas
de la frente humana.
Me sentí mal.
Entré de noche en mi rostro fantasmal
prendido de tu dolor
quise ser Hombre;
quise ser estrella,
quise ser mundo.
La vida me mostró sus senos vacíos,
sus mares secos en la nada.
Mi sufrimiento de hoy se hizo Olvido
del mañana.
Entré en mi noche con el rostro ya fantasmal,
quedando medio esencia,
medio masa,
pasando de la eternidad al sueño,
hoy vivo prisionero,
pobremente desnudo,
sujetando la cola del sayo.
Entre de noche en mi rostro fantasmal
prendido de tu conocimiento.
CORAZONES ENAMORADOS
http://youtu.be/hTZ_-yUWcmA
Karina Garrido 5 de Febrero de 2012 22:06
Corazones enamorados,
Abierto,
bendecidos,
Cobijados,
Dañados, y recompuestos,
Inocentes salvajes y.
Corazones enamorados
Entregados, Apasionados,
Curiosos de quedar citado,
Deseosos de Sentirse.
Corazones pecado duelo
Despreocupados,
Rozados por bulerías El Poder Mágico del amor.
Corazones Enamorados
Sin Límites, Medidas,
Ni preexistentes Contratos.
Corazones ansiosos,
Despojados,
Anhelando deshacerse
Entre SUS Brazos,
Pretendiendo BORRAR Huellas del Pasado,
Descubriéndose En El Intento de Preservar
Dos corazones enamorados.
LLEGARÈ
Llegaré a tu lado al caer la tarde,
cuando las gaviotas vuelvan a sus nidos,
con Selene plena sobre el horizonte
con el fresco aroma de los blancos lirios
Llegaré a tu lado caminando versos,
que lleven mil rosas para tu ventana,
que lleven la alfombra del trigo maduro
y la blanca aurora que sabe a mañanas.
Llegaré a tu lado con antorchas nuevas,
con nuevas cuadernas para tu velero,
con sayales rojos, con orquídeas finas,
y con mariposas sin llantos de inviernos.
Llegaré a tu lado con las golondrinas,
portando en las alas sedosas caricias,
sembrando ilusiones en tu piel de seda,
y en tus tiernos labios la dulce sonrisa.
Llegaré a tu lado con mis manos blancas,
con mi huerto lleno y abierto mi pecho,
llevo en mi costado la fragancia pura,
el silencio pleno, el tendido lecho.
Llegaré a tu lado llevando la brisa,
tendidas las manos, colmadas de sueños,
y haciéndote musa, cabellera al viento,
colmarte de versos y encendidos leños.
Llegaré a tu lado con la primavera,
con los arreboles, con las alboradas,
llevaré arcancieles, plafones celestes,
topacios pulidos, perlas cultivadas.
Llegaré a tu lado, al caer la tarde,
cuando las coyuyos enciendan sus faros,
y allí he de quedarme, cerrados los ojos,
saboreando el beso para ti guardado.-
(Ver vídeo del poema. Abre el link)
http://www.youtube.com/watch?v=GtlH5xGhoB4
SER ESCLAVO
Yo si se, que es ser esclavo
De un puro amor respetuoso,
Fui el novio, amante, hoy esposo
y siento, en mi sien un clavo.
-
Preguntas? Si alguna vez recibí amor
O voluntariamente una caricia,
Fui abofeteado en mi loca avaricia,
Que me hizo limosnero en el dolor.
-
Quiero llenar de ese licor mi fuente
Para mitigar el duro destino,
Debe ser que estoy extraviado en vino,
Debo ahogar mi pena en aguardiente.
-
Maldigo al que se burla de mi vicio
Pues no sabe que mi dolor mitigo,
Pues soy ebrio y solamente eso mendigo
Para necio olvidarme del desprecio.
-
No permito un solo dedo en la herida,
Si te ofendo no me digas ¡villano!
Pues solo me ofende la que más amo
Solo lo permito, a mi más querida.
-
Con mis sentimientos en catapulta
Cuando mis sentidos están nublados
Creo ver vuestro rostro por todos lados
Pues bebo loco, solo por tu culpa.
-
Se envejece mi faz, mi pelo está gris
La boca medio abierta está que babea,
Los anteojos caídos sobre la nariz
Y mi lengua no habla, solo sesea.
-
Porque nací pintor y poeta loco
Y también mi necedad que ya es mucha
Hablo y hablo, pero así , nadie escucha,
No tengo nada, de lo último un poco.
-
De mi mano dormida el pincel cae
Pues he perdido todo el universo,
En mi mente ya no se inspira un verso
No da figura, la pintura que trae
-
Y si algún día me supuse engañado,
Dejad descansar "féretro sombrío"
No quiero que llores cuando esté frío
¡Es locura! Pues solo he soñado!.
-
-
Dr. A. Rafael Mérida C.
Guatemala, C.A.
COMO EL VIENTO
Como el viento.
Soy como ave de los vientos,
el que bebe tus pensamientos,
el que rozar quisiera tu rosa
para que se abriera al roce
de mis dedos convocada deseosa...
Soy suave roce de tu alma,
Centrado en tu pétalo rosa,
flor goteado rocío en mi sábana
que cubre al aire de la mañana,
temblorosa a mis deseos, hermosa.
Oyendo los latidos de tu corazón
yo me agito con el néctar de tu éxtasis,
mi cuerpo rozando con el tuyo fluye
transpiraciones que crea toda la vida,
y bañados en licores de la diosa Isis.
Oliendo tus fragancias de flores bellas,
gotea jugos libados por la naturaleza,
que alimenta tus néctares a la abejas
en tu pétalos abiertos liban con destreza,
y nosotros, felices por nuestro amor sin rejas.
El amanecer se acerca por el oeste,
la luz nos baña las esencias agotadas,
y la saciedad sigue en nuestras secretos
hasta más allá de las diosas y las hadas,
filtrando nuestros humores en lo seco.
ARREPENTIDA
Arrepentida
Dónde van los momentos, que pudieron ser, pero no fueron;
dónde quedan las pisadas, que no dí, pero he sentido,
si pudiera volver el tiempo atrás,
a esa bifurcación del camino,
por primera ves arrepentida,
caminaría distinto.
Nunca arrepentirme de nada,
ha sido mi lema en silencio,
pero hoy me arrepiento de mucho,
y no puedo cambiar lo que ha sido.
Por soberbia, por inocencia, por hambre;
he tomado deciciones retorcidas,
buscando siempre un camino imaginario,
he andado un millar de caminos.
A dónde he llegado a parar,
cuando abro los ojos al día y me doy cuenta de todo
sientos ganas de cerrarlos y abrirlos
a otro mundo de fantasía.
Cuando miro alrededor, y a todos los seres que veo,
cerraría mis ojos al mundo,
anestesiando mis sentidos;
imaginando que nada ha pasado,
y que todo pudo haber sido
sábado, 4 de febrero de 2012
EL DÍA LUCIA CLARO
Vicente Antonio Vásquez Bonilla
El día lucía claro. El sol con generosidad iluminaba el monótono paisaje marino, sin que ninguna nube estorbara su exitosa labor y sin la menor huella de cercana tormenta. Nada presagiaba la llegada de problemas de ninguna naturaleza.
El barco mercante, de calado medio, avanzaba tranquilo, surcando las aguas del océano Atlántico. Con parsimonia bordeaba las costas de África, rumbo al puerto francés de Marsella.
Desde el puente de mando, el piloto de turno bostezó debido a la calma chicha que le resultaba hasta aburrida. Minutos más tarde, distinguió en el horizonte un bulto negro que al parecer flotaba al garete. El navío continuó su marcha en esa dirección y, conforme se acercaba al objeto que aparecía y desaparecía ante sus ojos por efecto del incesante movimiento de las aguas, vio que se trataba de una balsa negra de goma, ocupada por tres personas de tez morena, quienes, con frenéticos movimientos de sus brazos, trataban de atraer la atención de los tripulantes del navío.
El barco se acercó a la balsa y, tras realizar los tripulantes una fácil maniobra, con destreza rescataron a los tres náufragos. Dos hombres y una mujer, cada uno portaba una amplia maleta con sus enseres personales y deportivos, según dijeron después de la acción de rescate.
Los tres náufragos se presentaron ante el capitán.
—Somos atletas —Indicó el de mayor edad—. Mi nombre es Abdel Alim, mi compañero es Hashim y nuestra bella acompañante, responde al nombre de Amatullah. Viajábamos como pasajeros en un bergantín que zarpó de Casa Blanca, Marruecos, con destino a las Islas Canarias, en donde competiríamos en una justa deportiva amateur. Todo marchaba bien y de repente, sorpresivamente, el bergantín naufragó. Fue algo tan inesperado y tan rápido que no tuvimos ni tiempo para enterarnos de qué fue lo que pasó.
Los marinos que escuchaban al rescatado atendían con curiosidad y atención.
—Gracias al misericordioso Alá, alabado sea su nombre por siempre, y a que nos encontrábamos en cubierta con nuestros bártulos a la mano, abordamos con premura la primer balsa que estuvo a nuestro alcance y por tal razón estamos contando el cuento —hizo un breve silencio, tratando de vencer la emoción que lo embargaba y continúo—. Desconocemos el paradero de las otras personas, pasajeros y tripulantes; sólo nos dimos cuenta que varios de ellos, tratando de salvar la vida, abordaron otras balsas. Después de esta desagradable experiencia, lo único que deseamos es llegar a tierra firme. Sin importar el lugar. A dónde sea. A dónde nos hagan el favor de conducirnos, estará bien.
—Estamos muy agradecidos con el Altísimo y con ustedes —agregó Hashim.
—Sí —intervino la dama, con los ojos humedecidos—. Y no seremos una carga para nadie. Desquitaremos sus atenciones trabajando en lo que sea.
—No hay necesidad de eso —les respondió el capitán del navío—. Es un deber humanitario prestar ayuda a cualquier náufrago. Es la ley del mar. Hoy por ti y mañana por mí. Sonrió.
El capitán les asignó un camarote para los tres.
—Por favor, excúseme —dijo el capitán, dirigiéndose a la dama—, pero no disponemos de otro para usted, Amatullah.
—No se preocupe, capitán —indicó la atleta—, ya nos las arreglaremos.
Sin embargo, a pesar de que los rescatados no tenían ninguna obligación, según se les hizo saber, después de acomodarse en el camarote estipulado, con presteza demostraron su buena voluntad y de que no hablaban por hablar. De inmediato buscaron tareas en que ayudar y, de hecho, manifestaron que todo el tiempo estarían prestos a realizar cualquier faena. Entre otras cosas, aseaban la cubierta, los pasillos y todos los ambientes del barco, incluyendo el cuarto de máquinas. Parecían ser personas, agradecidas, colaboradoras e incansables.
En el atardecer, el buen clima continuaba reinando y el barco proseguía en buena forma con su derrotero trazado. Y cuando parecía que nada los molestaría, apareció en las alturas un avión de guerra, tipo caza, P-51, Mustang, sin lucir ningún tipo de identificación que revelara su origen o nacionalidad.
Sobrevoló el barco a baja altura, despertando la curiosidad de los marinos, y con sorpresa vieron que, después de cobrar altura, retornó en picada y empezó a disparar contra el navío. Los atletas rescatados se refugiaron en el camarote que se les había designado y los tripulantes de la nave, en desbandada, se pusieron de inmediato a buen resguardo. Después de la sorpresiva rociada de plomo, el avión cobró altura, se alejó y desapareció en el horizonte.
Los disparos estropearon parte del puente de mando, causaron agujeros en la cubierta y rompieron los cristales de varios ojos de buey. Todos los ocupantes del mercante se quedaron asustados, fríos y preguntándose a qué se debió tan inusitada agresión.
Por radio se informó del incidente a las autoridades francesas.
Los cristianos dieron gracias a Dios por no haber bajas humanas que lamentar, y los deportistas rescatados agradecieron a Alá, que una vez más salvó sus vidas. Todos coincidieron en que quizás se debió a una equivocación y que el piloto, al percatarse del error, simplemente se retiró.
Después del susto y de la limpieza de los destrozos causados por la agresión, los tripulantes que no estaban de turno y los deportistas se retiraron a descansar y pasaron una noche tranquila, pero, para algunos, llena de sobresaltos por la experiencia vivida.
Al día siguiente, de nuevo el clima se mostraba benigno. Todo el mundo desayunó e iniciaron sus labores cotidianas. Los atletas rescatados de inmediato buscaron tareas en que colaborar y de esa manera se desplazaban con entera libertad por todo el barco, portando enseres de limpieza, que incluían cubos, trapeadores y productos envasados. En poco tiempo se habían ganado la simpatía de los marinos y veían su presencia con naturalidad.
—Yo limpiaré la banda de babor —señaló la deportista Amatullah a su compañero más joven, Hashim— y tú la de estribor.
—Mientras ustedes limpian —indicó el tercero de los rescatados, Abdel Alim—, revisaré la cubertada para ver si no hay cabos sueltos y si se encuentra bien asegurada.
Los tres iniciaron las labores acordadas entre ellos. Mientras el capitán, desde el puente de mando, los veía con simpatía.
—¿Te fijaste? —dijo uno de los marinos que trabajaba en la cubierta, a su compañero—. Estos dicen ser atletas, pero utilizan términos náuticos con familiaridad, como si conocieran del oficio.
—Sí, me parece raro, y qué casualidad que ese pinche avión nos atacó después de rescatarlos.
Los dos marinos guardaron silencio y se sumergieron en sus pensamientos, mientras continuaban con sus labores.
Transcurrió la mañana con normalidad, pero después de almuerzo, el pánico se adueño de los ocupantes del barco. El avión apareció en el horizonte cercano y, por aquello de las dudas, todos corrieron a resguardarse en prevención de cualquier ataque.
Los ocupantes del navío no se equivocaron. De nuevo fueron agredidos.
Providencialmente, los náufragos estaban cerca de su camarote y con presteza, se protegieron en él. Desde la seguridad de su refugio sólo escuchaban el funesto sonido de los disparos y el golpeteo de los impactos haciendo blanco en el exterior de la embarcación.
En esta oportunidad, la nave aérea dio dos pasadas sobre el barco, disparando y causando nuevos daños. Esta vez alcanzó a estropear parte de la carga que se encontraba sobre la cubierta.
El avión se retiró.
Los tripulantes del navío, conforme el temor los iba abandonando, fueron saliendo uno a uno. Varios, aún con el sistema nervioso alterado, temblaban, pero todos con el asombro pintado en sus curtidos rostros.
—¿Hay algún herido? —preguntó el contramaestre con ansiedad.
—Parece que no —respondió el primer oficial—. Gracias a que todos buscaron refugio al nomás aparecer ese hijo de puta.
De nuevo se elevaron plegarias de agradecimiento, tanto a Dios como a Alá.
—¡Todo el mundo a trabajar! —ordenó el capitán—. Revisen, hagan inventario de los daños, efectúen las reparaciones de urgencia y me informan. ¡Pero ya!
Todos, sin excepción, se dedicaron a cumplir la orden y de nuevo se informó, a los mandos franceses sobre el alevoso ataque.
Las autoridades dieron la orden de que de inmediato se dirigieran al puerto galo, para evaluar los daños e iniciar las primeras investigaciones.
—¿Te fijaste? —dijo el marinero que había hecho un comentario el día anterior—. De nuevo nos ametrallaron, y todo comenzó después de rescatar a estos musulmanes.
—Sí, compañero. Aquí algo huele muy mal. Tenemos que vigilar a éstos y ver realmente quiénes son.
—Menos mal —acotó— que no tienen la intención de hundirnos. Si esa fuera la finalidad, el piloto hubiera disparado los cohetes que van adosados al avión.
—Así es. Quién sabe cuál sea el objetivo de dispararnos de ese puñetero, pero sin hacernos mayor daño. Vamos a ver al capitán y le comunicamos nuestras sospechas.
Los dos marinos se dirigieron al puente de mando y le participaron sus inquietudes.
Mientras los atletas se desplazaban por el barco haciendo, y haciendo como que hacían, el primer oficial, por orden del capitán, ingresó al camarote de los rescatados y, al registras sus maletas, encontró explosivos plásticos, estopines, detonadores, tres chalecos con suficientes cartuchos de dinamita para auto inmolarse y un sofisticado equipo de comunicaciones.
El primer oficial, con sumo cuidado, dejó todo tal como lo encontró para que no detectaran el registro y enseguida corrió a informarle al capitán sobre el alarmante hallazgo.
El capitán llamó a los dos marineros que habían dado la voz de alarma y los felicitó.
—Pero… ¿cómo fue que llegaron a sospechar de esos hijos de mala madre?
—Mi capitán, yo trabaje varios años en el Medio Oriente y me llamó la atención los nombres de los falsos náufragos; porque creo que eso es lo que son. El mayor de ellos, se hace llamar Abdel Alim, el otro Hashim y la mujer Amatullah. Me atrevo a asegurarle que no son sus verdaderos nombres. Deben de ser sus seudónimos de combate o de lo que sea.
—Pero eso… ¿qué tiene que ver? ¿Qué tienen que ver sus nombres con los propósitos de su supuesta misión?
—Es que los nombres en su orden, tienen los siguientes significados: Sirviente del Omnisciente, Destructor del mal y Mujer sierva de Allah.
»Al principio consideré los nombres como algo natural en el ámbito de su cultura o como simple casual conjunción; pero luego de los ataques aéreos, de la coincidencia de que durante los mismos, como si lo supieran de antemano, ellos estaban a buen resguardo dentro de su camarote, aunado a la libertad de movimiento que tienen dentro de la nave y a la medida limitada de los ataques, entré en sospechas.
»Para mí son terroristas. ¡Fanáticos!
»Imagínense, un peligroso fanático dispuesto a todo, que se cree al servicio del Omnisciente. El otro, un destructor del mal, y qué tal que el mal lo representamos los occidentales; y la fulana, una sierva incondicional, programada para inmolarse.
»Deben de ser guerreros de la proclamada jihád o sea de la temida guerra santa, fruto del odio y de la intolerancia.
Los oficiales del barco, en silencio, se veían unos a otros sin poder creer en lo que oían y que ellos, en su ignorancia, pasaran a ser instrumentos y víctimas del abominable terrorismo.
Lejos estaban los marinos de saber que la balsa salvadora del supuesto naufragio había sido “plantada” en el trayecto del barco para que, en hipotético gesto humanitario, recogiera a los falsos atletas y los transportara a su ya de antemano conocido puerto de destino.
Durante el trayecto, los fanáticos de Al-Qaeda “sembrarían” en lugares estratégicos del barco suficientes explosivos plásticos —lo que ya estaban haciendo— para convertir la nave en una mortífera bomba que harían estallar en el puerto de Marsella, causando la muerte de varios cientos de personas y la destrucción de la infraestructura portuaria.
La acción planificada pasaría a ser un golpe maestro del terrorismo internacional y propagandístico del implacable extremismo.
Los restringidos ataques aéreos que sufrió el barco, de acuerdo con el plan “B”, servirían para justificar la conducción de la nave a los astilleros marselleses, con el propósito de repararle los daños causados y, de preferencia, detonar la “bomba” en ese estratégico lugar, por considerar que causaría mayores daños, deteniendo la industria naviera.
Los chalecos explosivos estaban previstos para que los tres seudoatletas, en caso de que el plan inicial fallara y de ser descubiertos en suelo galo, se pudieran inmolar, o, en el caso de no alcanzar a utilizar los detonadores destinados para el barco, ellos mismo sirvieran de detonantes.
De inmediato, a las autoridades francesas se les informó sobre los hallazgos, y antes que el barco mercante llegara a puerto, en una acción relámpago, fue interceptado. La operación antiterrorista, en la que intervinieron un guardacostas y dos helicópteros, tomó por sorpresa a los tres extremistas, sin que tuvieran a mano los detonadores para volar el barco ni los chalecos puestos para hacer el viaje prometido al paraíso.
Mientras que los actuales líderes: discípulos de Usama bin Laden, el extinto líder de Al-Qaeda y sus más cercanos colaboradores, a buen resguardo y haciendo gala de un sacrificio sin parangón, aún se quedarían un tiempo más en este mundo, sufriendo las pecaminosas consecuencias de la vida terrenal y reclutando a otros que desearan hacer el viaje directo y sin escalas al soñado paraíso, y de paso, llevándose de compañía al mayor número posible de infieles. Por supuesto, sin dar los dirigentes el ejemplo de la exigida y bendita autoinmolación.
LA XASADA INFIEL
La casada infiel.
A Lydia Cabrera y a su negrita
Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.
Me porté como quién soy.
Como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.
EL INMIGRANTE
Vicente Gerbasi
El poeta venezolano Vicente Gerbasi escribió un poema extenso en honor a su padre. El título es: Mi padre el inmigrante. Su ascendencia era italiana y el padre vino a Venezuela para establecerse por siempre, llevando una vida sencilla en el campo. Su hijo Vicente Gerbasi ha sido reconocido en el mundo de la poesía y ha recibido el premio nacional de literatura de Venezuela. Ya el poeta murió pero nos dejó su hermosa obra, sobre todo el poema dedicado a su padre el inmigrante.
He aquí el primer canto:
Venimos de la noche y hacia la noche vamos.
Atrás queda la tierra envuelta en sus vapores,
donde vive el almendro, el niño y el leopardo.
Atrás quedan los días, con lagos, nieves, renos,
con volcanes adustos, con selvas hechizadas
donde moran las sombras azules del espanto.
Atrás quedan las tumbas al pie de los cipreses,
solos en la tristeza de lejanas estrellas.
Atrás quedan las glorias como antorchas que apagan
ráfagas seculares.
Atrás quedan las puertas quejándose en el viento.
Atrás queda la angustia con espejos celestes.
Atrás el tiempo queda como drama en el hombre:
engrendador de vida, engendrador de muerte.
El tiempo que levanta y desgasta columnas,
y murmura en las olas milenarias del mar.
Atrás queda la luz bañando las montañas,
los parques de los niños y los blancos altares.
Pero también la noche con ciudades dolientes,
la noche cotidiana, la que no es noche aún,
sino descanso breve que tiembla en las luciérnagas
o pasa por las almas con golpes de agonía.
La noche que desciende de nuevo hacia la luz,
despertando las flores en valles taciturnos,
refrescando el regazo del agua en las montañas,
lanzando los caballos hacia azules riberas,
mientras la eternidad, entre luces de oro,
avanza silenciosa por prados siderales.
Este es el primer canto del poema: Mi padre el inmigrante, de Vicente Gerbasi. Canoabo, Estado Carabobo, Venezuela. 1913 - 1992.
Lo presento con orgullo.
Alejo Urdaneta.
MÀS QUE LETRAS
ORGASMO DEL AÑO NUEVO
ORGASMO DEL AÑO NUEVO
Dulce orgasmo del transcurrir inexorable,
en un solo minuto todo se siente,
todo se experimenta
es algo que se va y algo que viene,
es algo que sale y algo que entra,
es recordar algo viejo
y disfrutar algo nuevo,
a veces lágrimas, a veces risas, a veces gritos…
a veces todo en conjunto
de flautas, pianos y trompetas;
de flores, sueños y champaña…
¡Oh, gran orgasmo del transcurrir del tiempo!
no así como el que Góngora demanda
con su vïola troncada,
pues lo externo es efímero
y lo interno es eterno
y siempre nos exige
una vïola que vibre
al son de nuestras almas,
al son de nuestro cielo,
al son de nuestras vidas…
de juventud sin tiempo.
¡Oh, gran orgasmo del transcurrir inexorable!
en un solo instante difícil de contar,
que llega y que se escapa,
que se sufre y se goza… se enredan las nostalgias,
las estrellas se alcanzan
y se marca el propósito porque se hace deseable
de continuar viviendo.
¡Hummm… ohhh… ahhh…!!
SorGalim
MIlagros Hernandez Chiliberti
Ingeniera de Sueños
LEJANIA
Lejanía.
Había una tierra muy lejana, la cual todos conocían como Lejanía. Los habitantes de aquella tierra solitaria eran conocidos como los Lejanos, eran personas de pequeña estatura, rostro jocoso, con nariz redondeada, cabello abundante y rojizo, sin embargo, en algunos ancianos se moteaban de grises con el pasar de los años. Vivían en casas de piedras azules que obtenían de una montaña que consideraban sagrada y que llamaban, El Retiro, pocos eran los habitantes de Lejanía que podían ir a esta montaña, ya que debían tener una característica física muy peculiar, el pie izquierdo debía ser más grande que el otro, de lo contrario no podían ir jamás para El Retiro. Sin embargo, eran pocos los Lejanos que nacían con esta extraña deformación, la cual era vista por ellos como una bendición de los Dioses de la montaña más lejana de todas las montañas conocidas.
En todo el pueblo había un solo zapatero, el Sr. Zarpa, quien tenía una posición notable dentro de la comunidad, pues era él quien fabricaba los calzados para todos los Lejanos. Su hijo, Ángelo, siempre lo ayudaba en su oficio cuando llegaba del colegio, pero sólo era un niño que soñaba con ser igual a su padre, su madre era una mujer dedicada al hogar, cumplía con integridad todos sus quehaceres como ama de casa, esposa, madre, vecina y amiga.
Ángelo, siempre tubo la curiosidad de saber cómo era la montaña de El Retiro, pero no podía ni siquiera pensar en llegar hasta ella, ya que sus dos pies eran exactamente del mismo tamaño, era un niño normal, pero más aventurero de lo esperado para los habitantes de un pueblo tan tranquilo como Lejanía. Todos los días cuando se dirigía al colegio, siempre tomaba un sendero que pasaba muy cerca de El Retiro, con el propósito de tratar de observar algo, cualquier cosa, dentro de aquella mítica montaña en donde eran pocas las personas que podían trabajar. En ocasiones podía ver a lo lejos, desde el portón principal que separaba la montaña de todo el pueblo, algunas personas trabajando dentro de las instalaciones que siempre había querido conocer, le llamaba mucho la atención esa extraña condición que debían tener el pie izquierdo más grande que el derecho, por lo tanto, siempre trataba de verle los pies a los trabajadores de El Retiro, pero nunca podía vérselos claramente.
La vida de Lejanía era muy tranquila y feliz, pues cada quien se dedicaba a lo suyo con mucha disciplina y dedicación.
Una vez cada Lejario, es decir, cuando la luna adoptaba la forma de una carita feliz y se posicionaba justamente sobre la montaña sagrada de El Retiro, los Lejanos acostumbraban a rendir culto a los Dioses de la montaña acompañados de todos sus familiares, las mujeres preparaban deliciosas comidas, los niños se dedicaban a jugar, mientras que los hombres contaban historias, leyendas sobre la montaña sagrada, eran días inolvidables y siempre estaban esperando a que se cumpliera un nuevo Lejario, para volver a celebrar todos juntos como una gran familia.
Un día mientras Ángelo se encontraba trabajando con su padre en la fabricación de zapatos, se le ocurrió una gran idea para poder entrar en la montaña sagrada, pensó en fabricar un par de zapatos para él mismo, tomando en cuenta que el calzado izquierdo debía ser un poco más grande que el derecho y de esta manera por fin tendría la oportunidad de poder visitar aquella montaña y así poder conocer cuál era el secreto que guardaba en su interior. Hasta que al fin llegó el gran día, una vez dentro de la montaña Ángelo, quedó atónito viendo toda aquella maquinaria con la cual extraían y posteriormente molían las míticas piedras azules con las cuales construían las casas del pueblo. Y al fin pudo entender por qué los trabajadores de la montaña debían tener el pie izquierdo más grande que el derecho, había un máquina muy especial la cual fue creada por los Dioses de la montaña y que solamente podían operar personas que tuvieran ese peculiaridad en sus pies, debido a que el espacio donde fueron predispuestos los pedales de control de la máquina fueron diseñados intencionalmente con esas características por los Dioses, los cuales también tenían ese tipo de deformación en sus pies.
Ángelo, después de aquel día entendió por qué solamente algunos habitantes, y no todos, tenían esa peculiar condición en sus pies, por fin pudo entender que si todos los habitantes iban a la montaña a trabajar, entonces el pueblo quedaría desolado completamente, por lo tanto entendió que algunos Lejanos debían quedarse en el pueblo para cuidar de la mujeres y los niños, dedicarse a transmitir las tradiciones a los jóvenes del pueblo, es decir, que los Dioses habían hecho un excelente trabajo al no hacer a todos los Lejanos iguales y que por eso cada uno de ellos, a pesar de sus diferencias, era importante para que el pueblo pudiera seguir subsistiendo y protegiéndose a sí mismo a través del tiempo.
Ángelo, se dedicó a seguir estudiando y en sus ratos libres ayudaba a su padre en el oficio de la fabricación de los calzados para todos los habitantes de Lejanía y dejó que las personas elegidas hicieran el trabajo de la montaña sagrada…
Jhonny Olivier.
EL LIBRO DE LOS DESEOS
EL LIBRO DE LOS DESEOS
Abro el libro de los deseos
Para encontrar un abrazo,
Tan inmenso como el cielo
Apacible como día de verano.
Un abrazo diferente
Tibio armonioso y claro,
Que se funda con mi alma
Con el fuego de un relámpago.
Un abrazo sin distancias
Sin sentirme encadenado,
Con un sol, con una luna
Y una flor en cada mano.
Abro el libro de los deseos
Con un sueño entrelazado,
Con ese abrazo sincero
Puro transparente y cálido.
RECUERDOS
Recuedos obsesivos asaltan un corazón
que no desea olvidar la llama de la pasión.
Contemplo tu figura suplicando placer,
reclamando el perdón, intentando yacer
junto a su bendición.
Mi semblante gozoso se pierde entre tu boca,
que se abre vehemente y en su cordura loca.
Cerrando está mis ojos, con caricia jugosa,
la lengua juguetona se adentra entre la rosa
a retozar gozosa.
Tu aliento sobre el pecho despierta mi delirio,
mis entrañas se queman en un dulce martirio.
No hay manguera que apague incendio de volcán,
percibo tu presencia en mí como huracán
que causa el suave alivio.
Te adoro y me entrego entre sueños amando,
accedo a tus súplicas, misteriosa, olvidando
los crueles intereses que toleré en mi alcoba,
sólo por disfrutar horas como una loba
y rendirme a tus pies entre sueños amando.
INTUYO
Intuyo tu voz emigrada
en mis infinitos silencios
y se me satura el alma
de suspiros ,
por tantas emociones
archivadas,
en este solitario corazón,
tan mío.
En secreto profundo
tu estela etérea,
pasa por mi lado
y se me incendian las venas
y muero aquí,
preso en el olvido.
Adivino tu caminar incorpóreo
cuando pasas por mi lado,
amándome en silencio
y siento rechinar mi corazón vacío,
y se desdoblan mis antiguas codicias
por hacerte,
de nuevo mía.
Me empeño
por tenerte siempre aquí al lado mío.
y muero día a día,
porque eres ausencia y olvido.
Tu recuerdo es divino,
tormento y tortura
y en las marejadas de mis memorias,
siempre permaneces grabada,
en mis remotos destinos.
CARICIAS
Purifica mi cuerpo en la caricia de tu cuerpo,
has que beba el líquido íntimo de tu flor para
conocer el sabor del amor que hace perder
mis sentidos...y alimenta el gemido de mi voz
en los placeres de tu pasión.
Envuélveme entre las sábanas de tu piel que
deleitan el silencio de mi deseo, que incitan
mis manos para endurecer el botón tenue de
tus pechos...y haz que se exciten mis labios
para besar la sensibilidad íntima de flor.
Provoca mi lengua con el instinto frágil de tu
sentido, para escuchar el murmullo suave de
tu respiro que se llega a deleitar con placer,
y gime en mi piel para llegar a lo profundo de
tu velo que humedece y extasía mi deseo
Domina mi febril apetito entre la selva sensible
de tus aposentos y hazme vivir entre la matices
tiernas de tu amor, para llegar a sentir el suave
susurro de tus pétalos que se estremecen con
placer.
Autor: Luis lczal
jueves, 2 de febrero de 2012
ARRIBE
Arribé a tus anhelantes brazos
con la vida cansada
y el alma colgada
en tus remotas remembranzas.
Del silencio de mis cansados años
retoñó la flor del amor
y cual sol de verano en el antártico
derretiste el iceberg de mi magna aflicción.
Resucitó tu mirada oscura
en la tarde sin sombras,
para anidar de nuevo
en mí apasionado corazón
y en un festín de cálidos besos
la noche serena observo callada,
cuanto te quiere
mi vehemente corazón.
Fue el tiempo perfecto de Dios
el que me permitió
soñar despierto,
entre tus brazos de diva divina
y sentir la gloria del universo
posarse sobre mis tibios labios,
cuando me ofrendaste
el ansiado
y largamente esperado,
primer manso beso de amor.
MI TRISTEZA
Encerraré mi tristeza en el desván
junto a los recuerdos felices de antaño,
junto al tímido acordeón ajado
cuyas notas de tus manos aprendí.
Encerraré mi dolor en el desván
junto al oso tuerto que dulcificó mi llanto,
junto a la marioneta que acompañó mis cantos,
junto a las muñecas que me convirtieron en mujer.
Cerraré el portón deshabitado con una llave
que a un hondo pozo lanzaré a nadar,
anhelando que arrastrada sea hasta el mar
y tragada con los entuertos del pasado.
Echaré las campanas a volar
y libre viviré de crueles desengaños.
Maria Oreto Martínez Sanchis
MAS QUE PALABRAS
PALABRAS AL AMOR
Poema 48. Quisiera enviar la mas bella letra de amor.
Quisiera soñar con poder renacer bellas letras de amor..
Negar los momentos oscuros pensando en escribirlas.
Quisiera entrelazarme en aquellas tus palabras.
Convertirlas en letras, saber derretirlas.
Modelando tus abstractas siluetas.
Quisiera enjabonarme entre
ellas y traspasar la piel
de tus bellas ideas.
Quisiera ser el
flujo de tu
Ser.
Quisiera
aumentar el
eco de tus deseos.
Quisiera beber las aguas.
Estancarlas en dulces remansos.
En eternos sosiegos de todo tu cuerpo.
Quisiera jugar entre ellas componiendo las
mas bellas y contorneando las humildes letras.
Mostrándolas en esplendor perfil de forma y belleza.
Quisiera leerlas, procurar entenderlas y poder articularlas.
Escribir quisiera, cicatrizar los borrones, sin validar emociones
Seguir quisiera ! Escribir los mas largos manuscritos que
un hombre pueda llegar a entender sin ocultar las
mas ardientes emociones de ocultas letras
que desembocaran en apasionadas
historias ficticias o irreales
pero confidencialmente
quisiera; Poder
enviar a un
buzón
las
mas bellas
y sentimentales letras.
Las mas esperadas... Palabras de Amor....
DAMA
Excelso aroma de "Dama" que le surge por los poros,
como suave y fresca brisa. Es un manjar y un tesoro.
Reivindicar no precisa, ningún acto, ningún logro;
porque todo lo que Es, no está sujeto a los otros.
Simple sentido del Ser, de "Mujeres" de conciencia,
que saben bien que las almas, son sin sexo, sólo esencias;
aprendices de lecciones, transmutan Karma y ciertas,
pruebas del amor puro, por volver Dharma sus creencias.
Portadoras son aquéllas de este elixir consagrado,
que ilumina la existencia y sus dones más preciados.
Yin del Yan y sus misterios por mantenernos unidos,
pero libres a un tiempo. Compás del amor genuino.
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