sábado, 25 de febrero de 2012
OTOÑO Y PRIMAVERA
Ahora que estamos juntos
la incertidumbre golpea
con su garfio de duda
el presente de este amor.
El tiempo es tan leve
y es de viento cuando pasa
encerrando nuestros temores
en nuestra pequeña casa.
Tú eres más niña que mujer
y tiene la gracia y el defecto de serlo
yo soy un hombre maduro
que ha tejido de silencios
las estancias que me habitan.
Este es el contraste
medido gramo a gramo
en el reloj de arena de la piel
surcando de distancias
los ojos de la ausencia.
Como desearía tu risa
de niña que crece sin nubarrones
entre el mar y la tierra
jugando a ser amante.
Pero mi tono es el gris
Las tardes oscuras, lluviosas
El azul que es negro en la noche
Y la predisposición taciturna.
Es en esta razón
donde el amor no pasa de ser
una simple alucinación
y como la piel de los viejos
le afectan los años
y se marchita con el tiempo.
Porque es insalvable la diferencia
que otorga la blanca primavera
y el gris otoño
por eso déjame en el mar
con su oscuro deleite
y corre por el campo
que las flores aun te llaman
después será muy tarde niña mía.
PABLO EMILIO RIVERA SANCHEZ
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