Día lluvioso en nuestro viaje de vacaciones ! |
Se trataba de una tarde temprana de uno de esos días lluviosos, éramos mi mejor amiga Xiomara y Javier, viajando en un bus de esos en que se hacen tours de vacaciones, íbamos a encontrarnos donde unos amigos para pasar juntos el descanso de clases con esa despreocupación de los 17 años, cuando de golpe,
el bus frenó contra la parte
trasera de una camioneta.
De repente todo se volvió un
caos más había susto que preocupación, en
instantes se desarrolló una situación digna de una película de
acción.
El
conductor de la camioneta subió al bus hecho una furia, insultos, gritos,
empujones, el ayudante agarró el grueso palo que llevan para situaciones de
emergencias, pero no llegó a levantarlo ya que el otro lo empujó con tan mala
suerte que el señor quedó inconsciente, tendido boca arriba, en el pasillo.
Los pasajeros
quedaron atónitos, nadie sabía que hacer, el susto
se apoderó de todos.
Hasta que la voz
del invasor interrumpió el total silencio.
¿Alguien sabe
manejar? - (preguntó)
Inconsciente y en
forma casi automática, con el asombro de
la situación, levanté mi mano.
- Ven acá,
conduce detrás de mí, vamos al hospital más cercano.
No
me dio tiempo a responder, bajamos del bus y subimos a la
camioneta.
El bus inmediatamente
se puso en marcha, y rápido ya estábamos detrás de él.
La camioneta como
que sabía que hacer, me
temblaba todo, me parecía estar manejando un
enorme camión.
En un
instante recordé no tener licencia de conducir, pero creo era
tarde para eso, ya estábamos en la vía
y debíamos continuar.
Llegamos al
hospital, nos detuvimos detrás de éste, cerré las
puertas y deje las llaves dentro y al bajarnos echamos a correr.
Tuvimos miedo de involucrarnos en el asunto
que había pasado, nunca nos enteramos de lo que sucedió y
juramos no contar a nuestros padres tales hechos.
aniversario de mis padres. el ragalo para mama |
- ¡!!Durante las vacaciones siguientes,
fuimos invitados por una tía a pasar unos días en su casa
de campo, era un pueblito muy pintoresco, genial, donde se reúnen
muchas personas en sus vacaciones, mucha variedad de
playas, ríos y demás pasos de montaña.
Mis padres me dejaron invitar a una amiga,
era el primer largo viaje que hacíamos con ese nuevo auto
que papa había adquirido.
Cuál fue mi
sorpresa, que casi a la salida de la gran ciudad, me ofreció el
volante.
Manejé unos cuantos kilómetros que aún nos
separaban del destino, y el aprovecho de dejarse dormir una
siesta.
Mi viejo no le gusta
manejar, sólo cambiar su auto y mantenerlo en impecables condiciones.
Todo el viaje
fue de lluvia y por caminos empedrados, que lo único que
me parecía era que papa se disgustaría, llegamos
al desvío indicado y voltee a mirar a ver
si debía entregar el turno, y no
me sorprendí al mirar a papa que hacia señas
que siguiera.
Arreció la lluvia y
los limpiaparabrisas no se daban abasto para quitar la lluvia
del vidrio, casi no se veía, pero no estaba nerviosa,
me sentía que podía dominar el reto,
sabía que no tenía mucha experiencia, pero si que puse en practica lo que tanto
me habían dicho, consejos que escuche sobre como manejar
cuando hay pantanos, como dirigir la velocidad, cuando y
como debía frenar, como pasar los charcos, las altas de
los ríos crecidos, claro todo aquello eran
simples teorías, pero era quién dominaba el volante
y tendría que ser precavida y llegar a feliz termino
en mi experiencia. Baje los nervios para que la superficie fangosa
no me sorprendiera casi al final de la meta, el carrito respondía de
maravillas, a pesar de nunca haber salido de la ciudad, mi
amiga me miraba por el retrovisor y me abría los
ojos como lechuza, lo que me complació era que
papa no se inmiscuía en las decisiones que tomaba,
eso me dio más seguridad en la práctica que
hacia de todo aquello que flotaba en mi memoria.
Era hora, por fin llegamos sin
sustos de ninguna naturaleza, no hundí los cauchos en ninguna zanja,
ni resbalé por el fango, y menos que era lo que mas
preocupaba a mi viejo así no lo dijere, NO se
hizo ningún golpe a su auto, sólo tenia una
vestidura de pantano que le había cambiado el color
inicial, fue inmensa y grata experiencia esas vacaciones.
En la noche
como seguía la lluvia decidimos
contar anécdotas experiencias cuentos y relatos de cada
uno, así pasaríamos la tertulia entre todos para
festejar.
Comenzó papa...
diciendo nunca le digas la palabra rápido a un
taxista!!!... rió y siguió,
- Hace unos
pocos años, fuimos de vacaciones a Italia, llegamos casi al tiempo
justo, pues había una programación de una visita
a un fabuloso Museo que no me quería perder, y sabia
que las mujeres se demoran tanto en su atavió, por tal
no quería me retazaran, luego de salir del hotel, tomamos un
taxi y acá viene cometí el error de decirle
!Rápido al Museo Victoriano!, eso como que quita el pie del chofer en
el freno, se van como que patinaran sobre las calles sobre cuatro ruedas.
Comenzamos
a zigzaguear de una manera escalofriante a tal velocidad
que parecíamos una paloma aleteando entre los autos contiguos,
el velocímetro así como subía bajaba, pero en
cuestiones de pestañeo, le pregunté al taxista- le dijimos
señor que queríamos llegar vivos a nuestro
destino?... el miró tan tranquilamente mi rostro, y me
dijo relájese , los de aquí manejamos así.
Los minutos se
me hicieron horas de angustias, al fin al llegar sólo me importaba
bajarme de ese auto que parecía una gira en
palco de feria de diversiones (la montaña rusa).
unos dulcitos y chocolate caliente. |
Remos un rato, nos calentamos un poco, tomamos chocolate calentito y unas pasticas secas, volvimos de nuevo a la sala de tertulias, alguien dijo por ahí Yo, déjenme contar esto, me sorprendí mi amiga se entusiasmo que brincaba dando palmadas para que le dejaran su historia contar.
Comenzó su relato, me emocioné mucho, porque se que le encanta inmiscuirse en el relato, aplaudí y eso le dio más seguridad.
Mi padre le había regalado un auto nuevo para el día del aniversario de bodas a mama, decidimos dar un viaje para inaugurarlo, llegamos al hotel y papa comenzó con síntomas de gripe, pero en la mañana seguía peor, tuvimos que buscar a un médico lo que le recetó ya lo habíamos dado de nuestro maletín de primeros auxilios.
Se sintió mejor y decidimos salir a disfrutar del día soleado, eran esas vacaciones que nos merecíamos dijo papa.
Rodamos hasta una playa cercana que nos habían recomendado, quedaba como a unos 3 kilómetros, lugar paradisíaco nos lo habían pintado, todo era perfecto, coche nuevo, másica exquisita, paisaje y nosotros felices.
De repente, a un lado de la vía papa frenó inesperadamente, se bajo del auto y comenzó a tener ganas de vomitar, decía estaba mal, mareado, débil- pensé que era uno de sus cuentos dramatizados para asustarnos, y le dije papa no es el momento para asustarnos. pero muy serio me dijo, siento que el alma se me evapora, es en serio, no juego , me siento mal.
Mama asustadiza, dijo, será que te intoxicaste al comer esos mariscos?, casi lo ayudamos a subir al auto, no tenla fuerzas suficientes, corrí hacia una casona a la otra orilla y un señor recostado cortando leña volteó y me dijo que deseas joven, mi padre está muy mal, necesito de su ayuda, un médico por acá, donde lo puedo ubicar?- .
El señor, corrió y nos brindó ayuda, llevando a papa a su casa, y fue en busca del vecino que era médico, llegó en segundos, y luego de revisarlo, lo subieron a su auto , el médico condujo hasta el hospital más cercano, eran como unos 7 kilómetros , papa cada vez se sentía peor, el camino era de tierra para recortar el espacio, era un atajo, nos cruzamos con una ambulancia que lo venia a buscar del llamado que habíamos hecho antes, pero seguimos tan rápido que pensé era que el médico le gustaba la carrera, llegamos al fin al hospital y trajeron una silla de ruedas para transportar a papa, lo trataron y lo dejaron en observación unas horas,.. que creen que , era una piedrita en un riñón, la que produjo todo aquel alboroto.
Paìs: Rep. Dominicana
Autor : Zulay Marlenne Moscosso Monroy.
Tìtulo : Relatos sobre ruedas.
Fotos; de la red.-